miércoles, diciembre 09, 2009

Vida y suciedad.


Cansados, eso fue lo que me llamó la atención cuando empecé a trabajar en Madrid, la gente que veía en el metro por las mañanas me parecían cansados, desganados, no es que yo fuera a trabajar con mucha ilusión, a mi gusta dormir como al que más, pero estaba seguro de que mi aspecto era otro. Con el tiempo me he dado cuenta que de lo que le ocurría de verdad a esas personas. No estaban cansados ni desganados, sencillamente no estaban delante de mi, el deseo que tenían de estar en otra parte era lo suficientemente fuerte para sacarlos del vagón claustrofóbico. El deseo de algunos era tan fuerte que estaban en otra parte, algunos tenían una mirada de indiferencia positiva, lo que les esperaba fuera era bueno, aun había esperanza, otros tenían la mirada triste, perdida, más allá del vagón maloliente les esperaba la misma mierda, el mismo olor la misma sensación de pesadez."El trabajo es salud" dice mi madre y "que no falte" añade mi padre, a mi no me convencen, el trabajo es dinero para "comprar" cosas que te interesan en el tiempo libre, al menos para mi. Ciertamente esto suena muy triste, algunas personas a las que les guste y les motive su trabajo, quizás lean esto y sienta lástima, esto es lo que hay, vaciedad, estupidez y un sistema socioeconómico que va contra la inteligencia y contra nuestra propia naturaleza. Sé que es muy difícil, imposible tal vez, una sociedad donde cada individuo pueda dedicarse a aquello que le motive de verdad. Que nadie postee que esa sociedad es esta y que si no hago lo que yo quiero es porque no me atrevo y bla bla bla, no jodáis, esta sociedad no es esa, y no tenéis más que ir en el metro por las mañanas para ver que tengo razón.Mie