martes, marzo 25, 2008

Luces que se apagan.





Las vidas vienen y se van. Nadie sabe cuanto tiempo estaremos aqui, es difícil definir lo que somos, sólo carne y hueso, pensamientos incorporeos, ¿pontencial?... en fin, todas estas cosas que se dicen . Lo que está claro, por lo menos a efectos prácticos, es que cuando nos vamos dejamos de ser. De todas formas pienso, que quedan cosas de aquellos que se van, porque parte de la esencia de cada individuo queda esparcida en aquellos que lo conocieron y lo trataron, perpetuando asi su existencia no sólo atraves de los hijos (geneticamente), si no también, a través de algo más sútil. En buena lógica una personalidad forjada a lo largo de años de vivencias, aprendizajes, alegrias y tristezas, no se va así como así porque el cuerpo deje de funcionar. Creo que la forma que tenemos los que nos quedamos aqui, de hacer uso de esa esencia determina en buena medida el legado de los que nos dejaron.






Que tengan buen viaje.