viernes, junio 04, 2010

Amables compañeros de viaje.


Da la sensación de que los empresarios son hermanas de la caridad, ángeles de la guarda, que con su sacrificio personal generan riqueza, empleo y bienestar social. Es cierto en la mayoría de casos. Pero otra parte, una inmensa minoría, de los empresarios españoles, son unos sinvergüenzas sin escrúpulos, unos hijos de puta mal preparados, que cada día que pasa, bajo su responsabilidad y liderazgo empresarial, España pierde más y más puestos en los rankings de competitividad. Incapaces de planificar al medio plazo, viven obsesionados con el pelotazo. Para ellos todo lo que sea, formación, valor añadido, vida familiar etc… son inventos de los sociatas que no tienen ni puta idea de cómo manejar el cotarro. Son los empresarios del pelotazo, los de la mano de obra ilegal, los del porsche Cayanne mientras su nave industrial se cae a trozos, los del puro, los de la especulación, los altos ejecutivos de los bancos, tan inteligentes ellos que han sido capaces de hundir un negocio tan difícil como la usura. Es que aquí no estamos hablando de biotecnología donde, un pequeño error en la estrategia puede ponerte a los pies de los caballos con respecto a tus competidores. Hablamos de la usura, han hundido el negocio más rentable del planeta después del trafico de drogas y la trata de blanca. Pues estos brillantes cretinos se siguen permitiendo el lujo de explicar a los demás como se sale de la crisis. Personajes cargados de prejuicios y de derechos, exentos de cualquier responsabilidad social. Payasos con camisas rosas y gafas de sol, podridos del dinero que los bancos y cajas españolas pidieron prestado internacionalmente para dárselo a manos llenas.
Esta gente se permite el lujo de explicarnos que el trabajador español no es productivo. No sus negocios de mierda, hacer chalets adosados y bloques de pisos, o prestar dinero a un tipo y cobrarlo a otro. No, lo que es improductivo son los trabajadores españoles. Mientras tanto el gobierno, deslumbrado ante tan ilustres pensadores, no tiene otra cosa que hacer que regalarles más y más y dinero para que levanten aceras, hagan rotondas. O financiar fusiones cajeriles, para que los brillantes payasos no pierdan su poltrona. Viva la subnormalocracia española.